La comunidad de Los Misioneros de La Consolata compró el terreno aquí en Modelia en el año de 1968. En dos casitas de la calle 40 con 78ª-21 y 27 puso el Seminario Filosófico y en el terreno los jóvenes filósofos trabajaban para su sustento y ganarse el estudio.
Se celebraba la misa en el garaje de una de estas casitas y mientras tanto se presentó a la curia mi nombre y se pide la erección a Parroquia.
En efecto el 11 de mayo de 1971 sale el decreto de erección de la nueva Parroquia con el nombre de “María, Madre de las Misiones”. El primer Párroco P. Víctor Menegon Furlan, Misionero de La Consolata
Cuando el P. Víctor Menegon entró como Párroco había un grupo de Leones, que residía en el Barrio. Ellos voluntariamente trabajaban al bien de la Comunidad y entonces organizaron como primera actuación el dar a esta comarca su Iglesia que no la tiene. Uno de ellos es arquitecto (Dr. Pedraza) y prepara una maqueta como anteproyecto.
Los Superiores de Los Misioneros de La Consolata ofrecieron a la Comunidad un lote (30x40 Mts.) al ángulo oriental del terreno de su propiedad.
Los Leones hicieron los planos que se presentaron a la Curia Arquidiocesana para la aprobación. Ésta no aceptó el altar en el centro ni el agua alrededor de la construcción, pero firmo la aprobación.
Con esto se organizó un gran bazar para el 20 de Julio del mismo año de 1971 y la bendición de la primera piedra a la cual participó el Obispo Auxiliar Mons. Trujillo y los Superiores y Padres Misioneros de La Consolata.
Para esta celebración que se actuó en el parque con una solemne misa campal se cerró con un escrito y la firma de todos los presentes en un pergamino que se guardó dentro de un tubito y se colocó en un pequeño monumento. Al construir la Iglesia, este pergamino está colocado en la columna que encierra el sagrario del altar mayor.
En seguida, el Dr. Monroy ofreció su maquinaria para la explanación del terreno y en diciembre del mismo año 1971 se empezó la obra.
Tasamos a todas las familias, que en número de 600 formaban el Barrio de Modelia, con una suma mensual de $50, luego con rifas, bazares, bingos y ofrendas voluntarias se iba pagando obreros, y comprando materiales y el mismo Párroco con cartas al interior y exterior del país gritaba S.O.S. para recibir ayudas, y él mismo echando pala y pico y moviendo carretas y ladrillos entusiasmaba a los vecinos para la generosa contribución.
Tuvimos un primer percance: ¿habrá sido la confianza del ingeniero sobre el arquitecto y este sobre el maestro y este sobre los obreros? Total que los primeros paraguas doblaban las cuatro extremidades. Habían puesto el hierro al contrario entonces no se podía seguir. Unos aconsejaban tumbar; otros se preguntaban: ¿Qué dirá la gente que ya hemos gastado casi trescientos mil pesos y ver ahora perdido todo?
Los Leones hicieron reclamos al ingeniero y con eso se retiraron él, el arquitecto y todos los trabajadores y se suspendió el trabajo.
Se habló entonces con el ingeniero Misionero de la Consolata P. Ezio Somadossi quien de acuerdo con la Firma “Doménico Parma” (Ingenieros Italianos residentes en Bogotá) estudiaron el caso, asumieron la responsabilidad, arreglaron los tres paraguas e hicieron el cuarto. Pero al mismo tiempo el P. Ezio pidió mano libre, reformó las paredes externas y el presbiterio y continuó la obra.
El 15 de diciembre de 1974, Monseñor Aníbal Muñoz Duque Arzobispo de Bogotá y Cardenal de Colombia bendijo el templo, consagró el altar e hizo las primeras confirmaciones.
Sucesivamente año tras año hemos venido completando el trabajo hasta el año 1979 cuando se dio los últimos retoques y empezaron en pleno todas las actividades parroquiales y pastorales con una vida de fe y de participación cada vez más intensiva. Hemos empezado el año de 1971 con quince comuniones mensuales y hoy en 1980 y 81 llegamos a once mil comuniones mensuales.
P. Víctor Menegon F. imc.